Triumph ha lanzado una versión completamente nueva de la Tiger 1050, que ha sido un gran éxito desde que se presentó en 2007, como parte de la renovación de su gama trail. El nuevo modelo es una moto deportiva y lo demuestra. Se trata de la Triumph Tiger Sport, y para pasar página de la 1050, Triumph no se ha limitado a darle un lavado de cara o a introducir algunas mejoras técnicas. Es un modelo nuevo, aunque la relación con la Ten-Fifty siga siendo visible. El aspecto se ha revisado para darle más equilibrio, especialmente en la parte trasera. Bastidor más largo, asiento 40 mm más bajo, manillar más bajo y más cerca del piloto, laterales del carenado rediseñados, óptica moderna, monobrazo elegante, escape alto con buena distancia a la rueda trasera. Todo ello confiere a la recién llegada un estilo original y un aspecto dinámico. El chasis más largo y rígido está diseñado para satisfacer las exigencias de la conducción deportiva. También ofrece una mayor capacidad de carga útil (220 kg). El chasis también se ha rediseñado con la suspensión delantera (horquilla invertida Showa de 43 mm con precarga, rebote y amortiguación de compresión ajustables) y la suspensión trasera (amortiguador Showa con precarga y amortiguación de rebote ajustables). El motor se basa en la unidad de 6 velocidades de la Speed, que se ha adaptado para dar carácter a la Sport sin convertirla en una máquina de carreras. Mapping retocado, caja de aire más grande, 6ª marcha más corta y transmisión final más sensible, par motor más alto, nuevo sistema de escape, modificación de la inyección de combustible para reducir el consumo. El resultado: 125 CV y 104 Nm de par sitúan a la nueva Tiger un escalón por debajo de la Speed (135 CV), pero muy por encima de la antigua. La calidad de acabados de la Triumph está a la altura de la competencia asiática. Algunos de los detalles que marcan la diferencia: costuras rojas en el asiento, manillar y estriberas personalizados, guardamanos originales, elegantes llantas de aleación con una fina línea roja en los laterales. ¿Buscas motos de ocasión? En Crestanevada tienes las mejores motos segunda mano del mercado.
El agarre es fácil. La altura del asiento permite un buen equilibrio. En el lado negativo, las piernas de los pilotos más altos están demasiado flexionadas, lo que no presagia nada bueno para las salidas largas. El manillar es más bajo y está más cerca del piloto, lo que permite una posición similar a la de una roadster, más adelantada que en una moto trail clásica. El salpicadero, heredado del modelo anterior, es fácil de leer y proporciona información clara. Sin embargo, es lamentable la falta de un indicador de marcha engranada. No obstante, se ofrece como opción un sensor de presión de los neumáticos y el piloto puede acceder a la información del salpicadero mediante tres botones situados en la consola izquierda.
El arranque del triple es tan agradable como siempre. El típico sonido estridente está ahí. Al principio, la sensación de conducción es especial. Lleva algún tiempo acostumbrarse a esta moto atípica, a medio camino entre una moto trail y una roadster musculosa. El carácter deportivo está presente en cuanto coges velocidad, incluso en las marchas más largas. A este nivel nunca se deja sorprender. Se puede encontrar el dinamismo, por no decir la rabia, de la Speed, sintiéndose seguro gracias a la posición de conducción más cómoda y a los pocos caballos menos. La flexibilidad también está presente. En las tres primeras marchas, el arranque al ralentí es bueno y las sacudidas tolerables, aunque los retrovisores tienden a vibrar un poco. En pequeñas carreteras comarcales, la diversión está garantizada, incluso a dúo. En carreteras principales y autopistas, el Tiger también mantiene su rumbo, incluso a altas velocidades. La protección de la burbuja (demasiado) pequeña y no ajustable no es óptima. Afortunadamente, hay disponible una burbuja de turismo como opción. El propietario de la Sport dispone de una moto versátil que puede utilizar tanto para el transporte al trabajo o de vacaciones como para pasear. Sin embargo, hay que desconfiar de esta polivalencia cuando se conduce una moto deportiva porque, aunque la posición de conducción y los neumáticos (ver más abajo) permiten algunos «extremos» que serían impensables en una moto trail pura, no se está tan cómodo como en una verdadera moto deportiva, ya sea por el centro de gravedad, la posición de conducción más erguida o la distancia entre los brazos. En función de las condiciones de conducción, hay que adaptar la suspensión, ya que influye mucho en el comportamiento de la máquina.